Ha salido en la prensa la noticia de que la Consejería de
Educación ha cedido a las presiones de los grupos ultraconservadores para que en los centros educativos dejen de
impartirse charlas o talleres cuyo fin es la prevención del acoso y el bullying
a alumnos por su orientación sexual, la educación en el respeto y la tolerancia
ante la diversidad.
Alegan que los padres deben dar su consentimiento para que sus hijos reciban
este tipo de formación. En este
documento de consentimiento, enviado a través de los AMPAS a los padres, afirman que los contenidos de estos talleres
reflejan tomas de posición en cuestiones sobre las que no existe un
generalizado consenso moral en la sociedad española, y solicitan la pertinente
información previa sobre cualquier iniciativa que afecte a cuestiones morales
socialmente controvertidas.
Afirman, así mismo, que los centros deberán abstenerse de inculcar, directa o
indirectamente, puntos de vista determinados sobre la valoración moral de
cuestiones como: el aborto, la
eutanasia, la homosexualidad, el matrimonio, las relaciones sexuales, el amor
entre hombre y mujer, la naturaleza de la persona humana, la conciencia o la
religión. Así mismo, exigen, deberán
abstenerse de intentar persuadir, directa o indirectamente, sobre una ideología
o moral determinadas, sobre aspectos defendidos por la denominada “ideología de
género”, o sobre posiciones defendidas desde el “relativismo moral”.
Ante estas argumentaciones para paralizar los talleres que expertos en la
materia imparten en los centros educativos, solicitados por los propios centros
ante la urgente necesidad de frenar la LGTBIfobia y el machismo que aún campa a
sus anchas por todos los rincones de nuestra sociedad, nos quedamos francamente
preocupadas, alertadas y al mismo tiempo estupefactas.
Entendemos perfectamente que estos grupos ultraconservadores deseen conocer de
antemano los contenidos de la formación que se imparte en colegios e
institutos, esto nos parece un ejercicio de responsabilidad interesante y necesario. Imaginemos por un instante que alguna cabeza
enferma quisiera enseñar a nuestros hijos formación en fundamentalismo
religioso, fascismo, intolerancia al diferente, o alguna otra cosa que anulara por completo la
capacidad de pensamiento crítico de nuestros hijos, así como su empatía social.
Sería algo aborrecible y ante lo que
tendríamos que actuar de inmediato.
Entendemos, así mismo, que los padres se preocupen porque sus hijos aprendan cosas que ellos
ignoran por completo, ideas sobre la diversidad o la libertad, el respeto o la
tolerancia, la igualdad entre hombres y mujeres, cosas que siempre nos colocan al borde de un
abismo. La libertad siempre provocó
miedo en las mentes con determinados posicionamientos rígidos que definen el
bien y el mal de manera tajante. Ya lo
estudió de manera magistral aquel filósofo que tanto nos aportó, Erich Fromm,
en su ensayo “Miedo a la Libertad”. Obra
que siempre recomendamos cuando alguien entra en pánico ante las libertades
ajenas.
Nos preocupa esta actitud frente a la formación en comprensión de la existencia
de otras realidades humanas,
perfectamente respetables y amparadas por la ley, porque nos cuesta
aceptar que algunos padres se resistan a evolucionar en tolerancia y respeto a
las libertades. Y nos deja estupefactas
porque sus argumentos están basados precisamente en el concepto
“libertad”. Encontramos una clara
“disonancia cognitiva” de manual en todo esto, a saber: “defiendo la libertad,
y en nombre de la misma, exijo que no se enseñe libertad”, “no me adoctrinen a
los niños y niñas, que pretende disolver el adoctrinamiento de los
padres”. “Odiamos la ideología de
género, que destruye nuestra ideología de género”.
Y finalmente, nos alerta sobremanera, que la Consejería de Educación ceda ante
las exigencias de organizaciones y asociaciones católicas y ultraconservadoras,
cuando vivimos en un país laico, que defiende una educación laica. El conservadurismo moral y la educación
católica debe ser algo ajeno a nuestras instituciones educativas públicas. Nos alerta que quienes nos gobiernan no sean
tajantes en este asunto de vital importancia, y que sea desde los AMPAS desde
donde se está lanzando este discurso ideológico conservador que pretende frenar
la formación necesaria que nos hace crecer como sociedad. Nos hace preguntarnos qué está pasando en los
institutos y colegios, que peligrosamente empiezan a parecerse a instituciones
como la UCAM…
Bien…, la preocupación, la estupefacción y la alarma que sentimos se
tranquiliza al ver el empuje de la sensatez y el buen hacer que millones de
personas hoy en día llevamos a cabo en nuestra sociedad, con el deseo de crecer
en respeto y libertades, en tolerancia, en bienestar común. El pasado 8 de marzo las calles de todo el
país se llenaron de voces en contra de este tipo de ideologías conservadoras que pretenden mantener a
nuestra población en la ignorancia. Las
llamadas a la igualdad se escucharon alto y claro. Y hace dos días hemos asistido a otro clamor
popular que gritaba “NO”, con rabia, a una sociedad machista. Esto no puede frenarse, es imparable. Desde la caída del nacionalcatolicismo el
camino ha sido arduo y lento, pero hemos trascendido una barrera social
importante: somos mayoría los que
deseamos vivir en paz, no nos gusta el racismo, ni el machismo, ni la
lgtbifobia, y luchamos contra ello.
Estamos seguras de que serán muchos los padres que consientan y aplaudan
que sus hijos reciban formación en valores de respeto, tolerancia e igualdad. Esto que ellos llaman, curiosamente,
adoctrinamiento. Y ciertamente, esta
seguridad, nos tranquiliza. Pueden
frenar la evolución social, pero no taponarla.
Se desborda.
Pidan ustedes consentimiento, la lógica de la razón se
impondrá frente al temor a la libertad.
Quizá nos cueste más perdonar el daño que ocasionan, pero si hemos sobrevivido
en una sociedad antaño mayoritariamente racista, machista y homófoba, y no nos
come la basura del rencor, no vamos ahora a ensuciar nuestras alegrías con sus
ocurrencias, ni con la doblez y pasividad de nuestra Consejería de
Educación.
Seguro que las urnas se lo explican mejor.
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